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Ante la necesidad de contar con un bimotor de ataque y bombardeo liviano el Instituto Aerotécnico comenzó a basarse en el De Havilland DH-98 Mosquito para un desarrollo similar. Los primeros componentes comenzaron a fabricarse en abril de 1945 y el avión se terminó a mediados de febrero de 1946, naciendo de esta manera, el IA-24 Calquín (Águila Real).

En total, se construyeron un prototipo y 100 unidades de serie; los cuales terminaron de montarse en 1950.

El Instituto Aerotécnico optó por instalar dos motores Pratt & Whitney R-1830-G de 1.050 HP (adquiridos en los Estados Unidos a precio de chatarra) que accionaban sendas hélices tripalas metálicas Hamilton Standard Hydrornatic 23-E-50 de paso variable. Con estos motores sólo se obtuvo una velocidad máxima de 440 kilómetros/hora.

El avión estuvo en servicio en varias unidades de la Fuerza Aérea Argentina, único usuario del mismo; manteniéndose en servicio hasta 1957, fecha en la cual comenzaron a desprogramarse del servicio activo. El último de ellos, el A.-72 fue desprogramado en 1959.

El IA-24 Calquín fue desarrollado en tres versiones; conteniendo todas ellas cuatro ametralladoras calibre 0.50 ubicadas en la parte inferior de la nariz del avión con 750 tiros cada una. La versión de Bombardero podía alojar hasta 200 kilos en su bodega inferior (dos bombas de 100 kilogramos; o 18 de 15 Kg.); en su versión de Ataque, las municiones de las ametralladoras eran incrementadas hasta 1.170 tiros por arma; mientras que en la de Asalto podía albergar hasta 10 cohetes de 75 MM en las alas (cinco en cada ala).

El modelo

La firma Mirage Models se lanza al mercado con esta maqueta que representa uno de los tantos capítulos en la historia de la industria aeronáutica argentina por ser menos dependiente de los modelos extranjeros. La maqueta es de las denominadas de edición limitada, fabricado de resina y metal blanco.

A primera vista, el modelo aparenta carecer de detalles y paneles, lo cual es algo que puede ser decepcionante pero luego de investigar sobre el avión real, pude comprobar que el mismo carecía prácticamente de paneles de acceso, y que su construcción en madera no dejaba juntas a la vista de allí la falta de los clásicos paneles a los que tan acostumbrados estamos.

Pasado el momento de la primera impresión se puede decir que la maqueta resultó muy sencilla de armar y con un buen ajuste entre las piezas a pesar de ser un kit de resina.

Las piezas realizadas en metal blanco son de muy buena calidad pudiendo ser usadas en su color natural pulido tal como se puede observar en los conos de hélice.

Los transparentes están realizados en vacuform y se provee de dos piezas de cada uno. Estas piezas no presentan mayores problemas al encastrar en su lugar.

Los fotograbados provistos son los justos y necesarios para detallar lo que en la realidad era un cockpit más que espartano.
 

Construcción

A pesar del peso del kit los trenes lo soportan perfectamente gracias a la buena calidad del material utilizado en su composición.
 

La pintura

La decoración la realicé siguiendo exactamente el plano de instrucciones, el cual refleja fielmente la decoración que llevaban estos aviones en particular.

Las calcas permiten optar entre dos aparatos diferentes con un mismo esquema, el único utilizado por estos aviones en su corta vida operativa. Por lo que opté por utilizar la decoración del A-59 que es la más vistosa de las dos y que representa uno de los aparatos utilizados por la IV Brigada Aérea “El Plumerillo” en la Provincia de Mendoza.
 

Conclusión

El Calquin es un excelente primer lanzamiento por parte de Mirage Models quienes ahora ofrecen la posibilidad de agregar a nuestra colección un modelo más que particular y exclusivo en base a un kit de muy buena factura y que no nos demandara muchas horas de trabajo.

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